Para Sariego, el trabajo con los porteros más jóvenes es fundamental. «Alevín es una edad clave. Si ahí corriges los errores de caída, reincorporación… cosas que luego son complicadas de rectificar, los porteros lo agradecen mucho con el paso de los años». El avilesino es un enamorado de Lezama, y esa filosofía es la que quiere trasladar a La Toba. «En mi humilde opinión, en ningún sitio del mundo se trabaja la portería como en Lezama. Estuve haciendo un curso allí con Llopis y tienen un departamento de porteros de siete personas, algo inusual. Allí, un alevín tiene la suerte de contar con un entrenador de porteros cuatro días a la semana. Me encantaba Zubizarreta por su colocación y cuando fui allí hace un par de años lo entendí todo», se sincera.
Jorge Sariego quiere «porteros tácticos. Que se sepan colocar. Una buena colocación lo es casi todo. Saber perfilarse, coger medidas, reincorporar bien… Valdés, Buffon o Zubizarreta son ejemplos de ello», explica, aunque no se olvida de Casillas. «Iker tiene unas piernas increíbles. No por tener mucho músculo se tienen las piernas potentes. Casillas tiene un tren inferior potentísimo y eso explica su agilidad y su potencia bajo los palos. Además, tiene flor, como demuestra fin de semana tras fin de semana y sobre todo en los momentos clave. Le debemos el Mundial y la Eurocopa». De cualquier forma, pese a que considera a Víctor Valdés «muy completo y me gusta mucho por la progresión que ha tenido», el entrenador de porteros del Avilés no tiene un portero favorito. «Al final les acabo sacando algún defecto a todos», sonríe.
«Vamos a ir a más»
«Tanto David como David Alemán me hacen el trabajo muy fácil», sostiene el preparador. «Tienen muchísima capacidad de sacrificio y es una gozada entrenar con ellos cada día. Alemán es un superviviente. Ya no quedan porteros de su estatura y tiene mucho mérito lo suyo. Trabaja a tope y ha venido al lugar correcto para poder crecer. Aunque estamos en Tercera, este es un club puntero y con aspiraciones de futuro». En cuanto a David, «cuando llegué ya estaba fichado, pero si me hubieran preguntado por un portero de la categoría lo habría elegido a él. Es muy templado y muy completo. Ahora que ya tienen asimilado el trabajo, ambos van a mejorar mucho más, al igual que el equipo».
Para Sariego, «Alemán hace mejor a David y David hace mejor a Alemán. Se llevan muy bien y tanto mérito tienen los buenos partidos de David como que Alemán lo hiciera bien los 5 minutos que disputó en el Suárez Puerta y el encuentro del domingo ante el Covadonga».
«El Navarro fue como un laboratorio y les estoy muy agradecido, aquí trabajamos como profesionales», explica
La vida de Jorge Sariego ha sido todo menos fácil. Al igual que Esteban, quien le entrenó y fue un ídolo para él en su niñez, la estatura no le acompañaba, aunque pese a ello consiguió jugar en División de Honor con el Real Avilés y hacer la pretemporada con el Navarro de Tercera. Aún así, una enfermedad pudo acabar con todo. «Estuve muy mal, a punto de morir», recuerda. Tuvo que abandonar el fútbol y, aunque volvió para jugar en Preferente en el Candás y en el Praviano, ya tenía claro que quería entrenar. Sus últimos coletazos como guardameta fueron en un equipo de fútbol-sala de Cancienes, en el cual ya «entrenaba a mis dos compañeros. Después ya vinieron el Podes y el Navarro, tanto en el primer equipo como en sus categorías inferiores», todo ello gratis. «Era lo que había y trabajé como soldador y en una gasolinera para poder mantenerme. Y los viernes, a Lezama. «Ahora veo que valió la pena, pero no era fácil irse todos los viernes a Lezama en coche para hacer un curso y volver para estar en el partido de Tercera del Navarro, pero las ganas pueden con todo y aprendí muchísimo», relata.
Este verano, el Avilés llamó a su puerta. «El Navarro fue como un laboratorio y esto ya es otra cosa, trabajamos como profesionales. Ellos me dieron la oportunidad de iniciarme en este mundo, el trato humano fue fenomenal y siempre les estaré agradecido, lo mismo que a Ricardo, Chus y José Luis, porque no me esperaba su llamada. Seguía el cambio de rumbo del club por la prensa pero siempre dudas un poco».
Ahora es el encargado de la coordinación de los porteros de toda la escuela y del primer equipo. «Me están dando mucha libertad y trabajo todas las horas que puedo para que los chavales mejoren. Mi función es ayudar. Unos se van a la India y yo vengo aquí». Sariego admira el trabajo de Chus Bravo al frente de la escuela. «Es increíble lo rápido que aprende. Lleva muy poco tiempo a cargo de todo y es una pasada ver cómo absorbe conocimientos. Le ha cambiado la cara a la escuela de la noche a la mañana». También tiene palabras para Chiqui de Paz, un «estudioso de esto. Prepara entrenamientos específicos para los jugadores y hablo mucho con él», y es que Jorge no se queda atrás, ya que es el encargado de montar los vídeos del equipo para analizar los fallos de todas las líneas en cada encuentro.
Noticia Publicada en ELCOMERCIO.ES. (SANTY MENOR deportes.av@lavozdeaviles.es)
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